Cada vez es más frecuente que la gente quiera aprender un idioma extranjero. En España, a diferencia de lo que solía ocurrir hace años en los que el francés primaba sobre cualquier otra lengua, el inglés se ha terminado imponiendo como la principal lengua extranjera. Cada vez son más las empresas e instituciones que piden un certificado que acredite nuestro nivel de inglés, y por eso montar un centro de idiomas es un negocio en auge.
Ahora bien, ¿cómo asegurarnos de elegir adecuadamente el centro? Esa es la pregunta que muchos se hacen cada día ante la gran oferta existente. Aquí van algunos consejos que pueden seros útiles.
La tríada educativa: el proceso de educación de lenguas extranjeras tiene tres pilares básicos que son el alumno, el profesor y el método. Primero, conoce tus puntos fuertes y débiles. Luego busca un método que se ajuste a tus necesidades y cuyo profesor te transmita confianza por su carácter y experiencia.
El método: los métodos comunicativos son mucho más útiles y efectivos que cualquier otro, pero cuidado, ya que existen múltiples formas de aplicar dicho método. Procura practicar mucho en clase, pero no te dejes llevar por cantos de sirena, en la mayoría de los casos el estudio requiere paciencia y estudio en casa.
En muchos centros se opta por trabajar con fichas incluso con los adultos. No está mal, pero puede que prefieras simular situaciones o que, sencillamente, se planteen temas de discusión como los de Pearson. Muy útiles, ciertamente, ya que te dan mayor fluidez a la hora de hablar.
El profesor: un profesor nativo puede ser muy útil y cada vez son más quienes se inclinan por esta opción para mejorar su comprensión auditiva y la producción oral; sin embargo, ten en cuenta que tu lengua de partida es necesaria, por tanto es conveniente elegir centros donde los profesores dominen tu lengua o sean, directamente, españoles.
El precio: una de las variables más importantes para determinar si elegimos un centro o no es el coste mensual de nuestra educación. No hay que escatimar en gastos, eso es evidente, pero tampoco debemos arruinarnos a costa del inglés. Fíjate en cómo están los precios alrededor. Si alguien ofrece cursos a precios muy bajos, posiblemente sus clases no gocen de una gran calidad.
La localización: es un punto muy importante, sin duda; sin embargo, si encuentras un buen centro en el que te ofrezcan una enseñanza de calidad, no deberías dudar en desplazarte. Seguro que siempre puedes hablar con tu profesor o profesora para modificar los horarios en caso de que lo necesites como consecuencia del desplazamiento.
La prueba de nivel: es muy importante que el centro te haga una prueba de nivel, ya que eso significa que desean darte el trato más personalizado posible y, en la medida de lo posible, situarte en un grupo donde no pierdas ni el tiempo ni el dinero. Esto no significa, por supuesto, que los niveles se ajusten al 100%, pero asegura que no estés ni muy por debajo ni muy por encima de tu nivel real.
A veces es sí y a veces es no: desconfía de quien te diga “sí” a todo a la primera. A veces no hay tiempo material para alcanzar tus objetivos todo lo rápido que deseas, así que acude al centro y pide información y consejo profesional sobre los distintos productos y cuál te puede venir mejor. No pagues un curso anual si tienes nivel para un intensivo, ni un curso intensivo si tu nivel no es muy alto.
Puede que un centro quiera lavarse las manos si la situación es complicada. Por ello es fundamental dirigirte a profesionales que te inspiren toda la confianza del mundo. Aborda tus objetivos después de la prueba de nivel, cuando el profesional que te atienda reúna toda la información necesaria sobre ti.
Por supuesto, hay muchos más factores que pueden influir en la toma de decisiones, como las aspiraciones personales, la edad, los horarios… Lo mejor que puedes hacer, en cualquier caso, es sincerarte con los profesionales sobre lo que esperas y quieres, y dejarte aconsejar por los mismos una vez que hayas visitado el centro.