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lunes, 13 de febrero de 2017

Cuando el intérprete se pasa de frenada y termina en la cárcel (BBC)

Hola a todos los asistentes:

La interpretación es una noble profesión que consiste, básicamente, en derribar las barreras lingüísticas entre individuos, entre naciones, o entre naciones e individuos. Es una tarea hermosa y digna de respeto, ya que permite a los seres humanos comunicarse rápidamente sin que importen su origen, su raza, su cultura y su lengua. Podríamos decir que interpretar, como traducir, es el arte de tender puentes.

No obstante, en algunas contadas ocasiones, los intérpretes se extralimitan en sus funciones, fallan, o, sencillamente, se pasan de listos. Tal es el caso de este guía tanzano que, ni corto ni perezoso, no sabemos si por hacer levantar el peor de los espíritus patrióticos entre sus conciudadanos, o por querer burlarse de un discurso previo del presidente del país africano, decide traducir los elogios de una turista británica por insultos a la hambrienta población.

Así, lo que para la turista es:

"Hola, mi visita a Tanzania ha sido hermosa, espectacular. La gente es fabulosamente maravillosa y amable. El saludo siempre es 'jambo' (el equivalente Swahili de hola) . Estoy feliz de estar aquí. La tierra es hermosa, hermosa. Los animales son maravillosos. "
Para el guía es:
"Los tanzanos se quejan / lloran mucho por el hambre, todos los días lloran por el hambre incluso teniendo flores en casa, por qué no hierven las flores y las beben. No es bueno llorar o quejarse de hambre".

Pues resulta que esta y otras lindezas por el estilo le han costado no sólo el puesto de trabajo, sino la libertad, a este guía. No es la primera vez, empero, que un intérprete crea polémica. El caso más flagrante es, quizá, el de aquel intérprete de lengua de signos en el funeral de Nelson Mandela:

Si queréis leer la noticia entera, sólo tenéis que pinchar aquí para ir a la página de la BBC en español.

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